viernes, 25 de septiembre de 2009

EXILIOS

Mi Buenos Aires querido y mal querido,
a ver si me escuchás, mi ciudad puta,
ciudad de veras, ciudad toda fayuta
de tantas penas y tan poco olvido.


Esperá a mi memoria en una esquina,
un café, una baldosa, yo te pido poco…
Si a vos te extraño más que a cualquier mina,
no me dejés así, hablando como un loco.


Che Buenos Aires, dame algo de pelota,
pasá una seña que yo te la deschavo.
A mí, que te hablo a vos, al fin y al cabo:


decime cuántos pares son tres botas.
Pará la mano, no te hagás el zota
y descolgá mi recuerdo de tu clavo…



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