Aceptar de una buena vez, que todos y cada uno, somos partes, ínfimas partes de algo, un todo gigante.Comprender sin necesidad de conocimiento, que se vive sólo para vivir, que adentro de cada uno, sin pausa ni apuros, hay órganos, venas, arterias, tejidos duros y blandos, neuronas pequeñas realizando trabajos gigantes y que nada de eso es posible controlar...Y pensar que tanta gente gasta gran parte de su energía y de su tiempo, tratando de controlar al otro, a la otra, al que está cerca. Entender a través del cuerpo, lo único que realmente tenemos, que no vivimos ni estamos para entender y que existimos apenas para vivir.